Archivo de octubre, 2012

Las últimas palabras sobre la Tierra de Buda Gautama fueron: <<Sé una luz en tí mismo>>. No sigas a otros, no imites, porque la imitación, seguir, genera estupidez. Naces con una posibilidad tremenda de inteligencia. Naces con una luz dentro de tí. Escucha a la voz queda, pequeña, que hay dentro de tí, y ella te guiará. Nadie más puede guiarte, nadie más puede convertirse en un modelo para tu vida, porque eres único. Nunca ha existido nadie que fuera exactamente como tú, y nunca va a existir nadie que sea exactamente como tú. Esta es tu gloria, tu grandeza: que eres absolutamente irreemplazable, que eres simplemente tú y nadie mas.

Buda define la sabiduría como vivir en la luz de tu propia consciencia, y la necedad como seguir a otros, imitar a otros; convertirse en una sombra de alguien.

El verdadero maestro crea maestros, no seguidores. El verdadero maestro te empuja de vuelta a ti mismo. Todo su esfuerzo se encamina a hacerte independiente de él, porque ha sido dependiente durante siglos, y no te ha conducido a ninguna parte. Todavía sigues tambaleándote en la noche oscura del alma.

Solo tu luz interior puede convertirse en el amanecer. El verdadero maestro no te permitirá que seas una réplica, quiere que seas original. ¡ Te ama ! ¿Cómo va a convertirte en un imitador?. Siente compasión por tí, le gustaría que fueras completamente libre… libre de toda dependencia externa.

Es la responsabilidad, el reto de la responsabilidad, lo que crea la sabiduría.

Hay que aceptar la vida con todos sus problemas. Hay que ir por la vida sin protección; hay que buscar y explorar el propio camino. La vida es una oportunidad, un reto, para encontrarse a uno mismo.

Pero ¿cómo vas a volverte inteligente siguiendo a otro?. No darás ninguna oportunidad de brotar tu inteligencia. Para que surja la inteligencia se requiere una vida llena de retos, una vida llena de aventura, una vida que sabe arriesgar y sabe entrar en lo desconocido. Y solo la inteligencia puede salvarte; nada más. Presta atención: tu propia inteligencia, tu propia consciencia, puede convertirse en tu nirvana.

Sé una luz en ti mismo y serás sabio; deja que otros se vuelvan tus líderes, tus guías, y permanecerás estúpido, y te seguirás perdiendo todos los tesoros de la vida… que son tuyos.

De: «Inteligencia: La respuesta creativa al ahora» por OSHO.

Hay algo muy importante: todo niño nace inteligente. La inteligencia no es algo que algunos tienes y algunos no tienen. La inteligencia es la fragancia de la vida misma. La vida la tiene – si estás vivo, eres inteligente – pero luego, si nunca confías en ella, poco a poco empieza a desaparecer de tu vida.

En un mundo mejor, los padres, si realmente aman a sus hijos, les enseñarán a confiar en su propia inteligencia. En un mundo mejor, los padres ayudarán a los hijos a ser independientes lo antes posible, a actuar sin ayuda de nadie.

Dejar que la respuesta sea inteligente, dejad que la respuesta sea un poco original, dejad que la respuesta sea la propia respuesta del niño. No os preocupéis por la respuesta correcta, no tengáis tanta prisa; la respuesta correcta llegará por si misma. Dejad que el niño la busque, dejad quedé con ella por sí mismo. ¿Por qué tenemos tanta prisa?.

Piensa un momento: todo el proceso es que al niño no se le permite nunca encontrar la respuesta él mismo. Le damos la respuesta. Cuando la respuesta viene dada de fuera, la inteligencia necesita crecer, porque la inteligencia solo crece cuando tiene que encontrar la respuesta ella misma.

La persona que nunca hace nada incorrecto nunca crece. El crecimiento requiere que a veces tienes que andar descaminado, que tienes que empezar a juguetear, a hacer el tonto, que tienes que encontrar cosas originales… puede que sean erróneas; y deberías llegar a lo correcto con tus propios esfuerzos, con tu propio crecimiento; entonces hay inteligencia.

Ser sencillo significa ser inteligente. Simplicidad es inteligencia, es vivir sin ideales, sin guías, sin mapas, vivir simplemente momento a momento sin ninguna seguridad.

La vida es inseguridad. No hay seguridad en ninguna parte.

La seguridad es solo una ilusión que creamos en torno a nosotros, una ilusión cómoda. Y debido a esta ilusión cómoda, matamos nuestra inteligencia. El hombre que quiera vivir sencillamente tendrá que vivir en la inseguridad, tendrá que aceptar el hecho de que nada es seguro y certero, de que estamos en un viaje desconocido, de que nadie puede estar seguro de adónde vamos y nadie puede estar seguro de dónde venimos.

Cuanto más inteligente eres, menos certidumbre tienes. Cuanto más inteligente eres, más indeciso, porque la vida es enorme. La vida es inmensa, inmensurable, misteriosa. ¿Cómo vas a poder tener certeza?

De: «Inteligencia: La respuesta creativa al ahora» por OSHO.

Cuando estás solo, sentado en silencio, sin nadie… te sientes renovado, rejuvenecido. Esa es la razón por la que la meditación te hace más joven, ta hace más vital. Empiezas a compartir algo con la existencia. Tu energía deja de estar congelada; empieza a fluir. Estás en una especie de danza, como lo están las estrellas. Surge en tí una canción.

Pero en medio de la multitud siempre pierdes. En la meditación siempre ganas. ¿Porqué?. En la meditación te vuelves sencillo: el futuro deja de preocuparte. En eso consiste la meditación: dejar la preocupación por el pasado y el futuro, estar aquíahora. Solo existe este momento.

La existencia es perfecta tal como es, no necesita mejoras.

La sencillez es un estado carente de todo esfuerzo; es humildad. La humildad es simplemente la ausencia de orgullo. Si tu humildad está en contra de tu orgullo, si te has esforzado por desechar tu orgullo, tu ego, tu arrogancia, entonces lo único que has hecho es reprimir.

Las personas verdaderamente humildes no sabrán que son humildes. La humildad es una presencia, no una característica de la personalidad, no un rasgo, sino solo una presencia. Otros la sentirán, pero tú mismo no podrás sentirla. Y lo mismo sucede con la sencillez.

Sencillez significa tan solo vivir momento a momento espontáneamente, no según alguna filosofía. Sencillez significa estar en profunda amistad contigo mismo, vivir tu vida sin que interfiera ninguna idea.

Se necesitan agallas, porque vivirás continuamente en la inseguridad. El hombre que es sencillo no sabe nada acerca de mañana, no sabe nada acerca del momento siguiente, porque no va a reaccionar condicionado por su pasado. Responderá desde su consciencia presente.

La persona sencilla no tiene carácter, no es ni buena ni mala, pero tiene una belleza que ni las personas buenas ni las personas malas pueden tener nunca. Y lo bueno y lo malo no son muy diferentes; son aspectos de la misma moneda. La persona buena es mala por detrás, y la persona mala es buena por detrás.

El inconsciente es un subproducto de la civilización. Cuanto más civilizada es una persona, mayor es su inconsciente, porque civilización significa represión. Represión significa que estás negando algunas partes de tu ser, no estás dejando que salgan a la luz, las estás empujando a la oscuridad, las estás tirando a tu sótano para no tener que encontrarte con ellas nunca.

La gente sueña a causa del inconsciente. Cuanto más civilizada es una persona, más sueña. Vete a ver a los aborígenes, a la gente natural y volverá a sorprenderte que no sueñan mucho, muy raramente, alguna que otra vez. Pasan los años y nunca refieren que han soñado. Simplemente duermen, sin sueños, porque no han reprimido nada. Han estado viviendo naturalmente.

La persona sencilla no tendrá inconsciente, la persona sencilla no tendrá sueños, pero la persona compleja tendrá sueños.

El hombre sencillo será sencillo. Vivirá momento a momento sin ninguna idea de cómo vivir; no tendrá ninguna filosofía de vida. Confiará en su inteligencia. ¿Qué necesidad hay de tener una filosofía? ¿Porqué debería uno tener una filosofía? Para que pueda guiarte. Eso significa que, si eres estúpido, necesitas una filosofía de la vida para que pueda guiarte. Si eres inteligente, no necesitas ninguna filosofía de la vida. La inteligencia es suficiente en sí misma, es una luz en sí misma.

Confía en tu inteligencia, no confíes en las filosofías de la vida; de lo contrario, seguirás siendo estúpido.

De: «Inteligencia: La respuesta creativa al ahora» por OSHO

La sensillez consiste en vivir sin ideales. Los ideales crean complejidad; los ideales crean división en tí y, por lo tanto, complejidad. En el momento en que estás interesado en llegar a ser otra persona, te vuelves complejo. Sencillez es estar contento contigo mismo tal como eres. El futuro trae complejidad; cuando estás completamente en el presente, eres sencillo.

Y vivir segun otros significa no ser sencillo.

Vivir según otros significa vivir una vida limitada. Será una vida de plástico: será algo en la superficie y justo lo contrario en lo profundo de ti. Y solo lo profundo importa, la superficie nunca importa. Serás un santo en la superficie y un pecador en lo más profundo. Y eso es lo que será decisivo para tí, porque Dios solo está en contacto con tus profundidades, no con tu superficie.

La superficie está en contacto con la sociedad, la existencia está en contacto con la profundidad. Todo lo falso sucede fuera de la existencia. Esta solo conoce lo real, tu yo real.

Sencillez significa ser simplemente tú mismo, no importa quién seas, con tremenda aceptación, sin ninguna meta, sin ningún ideal. Todos los ideales son tonterías; deséchalos todos.

Se necesita agallas para ser sencillo. Se necesitan agallas porque nunca estarás bien adaptado a la supuesta sociedad, tan podrida, que existe a tu alrededor. Serás continuamente un extraño. Pero serás sencillo, y la sencillez tiene belleza. Estarás en absoluta armonía contigo mismo. No habrá ningún conflicto dentro de tí, no habrá ninguna división dentro de tí.

Y la persona que vive en ideales se sigue perdiendo la realidad, porque la realidad es ahora, aquí. Estar aquí y ahora es ser sencillo: ser como los árboles, aquíahora, ser como las nubes, aquíahora, ser como los pájaros, aquíahora...

La sencillez nunca puede ser un ideal, porque ningún ideal puede crear sencillez. Es el ideal lo que te envenena y te vuelve complejo, te divide, crea dos personas en ti: la que eres y la que te gustaría ser. Ahora habrá una guerra constante, una guerra civil.

Y cuando estás luchando contigo mismo… esforzándote para ser algo que no eres, tu energía se disipa en ese conflicto, tu energía sigue perdiéndose. Y la energía es deleite. Y tener energía es estar vivio, estar lozano, ser joven.

Había una vez un lugar, que podría ser cualquier lugar, en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos. Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste.

El pobre tenía un problema: no sabía quién era. Lo que le faltaba era concentración.

Le decía el manzano:
– Si realmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas- ¿Ves qué fácil es?.

– «No lo escuches», – exigía el rosal -, es más sencillo tener rosas. ¿Ves qué bellas son?

Y el árbol, desesperado, intentaba todo lo que le sugerían y, como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustado.

Un día llegó hasta el jardín el búho, las más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó:
– No te preocupes: tu problema no es tan grave. Es el mimso de muchísimos seres sobre la tierra. Yo te daré la solución: no dediques tu vida a ser como los demás quieren que seas… Sé tú mismo, conócete; y, para lograrlo, escucha tu voz interior.

Y dicho esto, el búho desapareció.

– ¿Mi voz interior…? ¿Ser yo mismo… ? ¿Conocerme… ?, – se preguntaba el árbol desesperado, cuando, de pronto, compremdió…

Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior que decía: «Tú jamás darás manzanas, porque no eres un manzano, ni darás rosas cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble y tu destino es crecer grande y majestuoso. dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje… Esta es tu misión: cúmplela».

Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado. Así, pronto, llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos.

Y sólo entonces el jardón fue completamente feliz.

En la vida, todos tenemos un destino que cumplir, un espacio que llenar…

No permitamos que nada ni nadie nos impida conocer y compartir la maravillosa esencia de nuestro ser. Démonos ese regalo a nosotros mismo y también a quienes requeremos.

El que prefiere el sufrimiento a la alegría de vivir, difícilmente es capaz de perdonar.

Perdonar ayuda a perfeccionarse cada vez más; es como aceptar una evolución permanente, un crecimiento constante.

Sin el amor a sí mismo no se puede perdonar; sin amor a los demás, no se pueden establecer con ellos relaciones positivas.

Sin la conciencia de ser un elemento importante de la sociedad, no se le puede conceder a los otros la riqueza personal, la creatividad.

El amor es una fuerza universal y es la única que crea.

Quien perdona conoce su valor, el cual no depende del juicio o de las acciones de los demás.

La conciencia permite asumir plenamente las responsabilidades de la propia vida, ya que la «legitimación» de los otros no sirve; quien vive auténticamente se libera del juicio de los demás.

El perdón es el camino hacia la verdad.

De: «Perdonar: Guía para Practicarlo» de Raffaele Cavaliere.

Un maestro oriental vio que un alacrán se estaba ahogando en un lago y decidió ayudarlo.

Pero, cuando lo hizo, el alacrán lo picó. Por la reacción al dolor, el maestro lo soltó, y el animal cayó otra vez al agua.

El maestro intentó sacarlo nuevamente, y el alacrán otra vez lo picó.

Alguien que había observado todo esto se acercó al maestro y le dijo:

– Perdone, pero ¿no entiende que, cada vez que intente sacarlo del agua el alacrán lo picará?

El maestro respondió:

– La naturaleza del alacrán es picar y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar.

Y entonces ayudándose de una hoja sacó al animalito del agua y le salvó la vida.

No cambio tu naturaleza si alguien te hace daño; sólo toma las debidas precauciones.

Crea un poco de distancia. Observa la mente, cómo funciona, y crea la distancia. Observar crea distancia automáticamente. Por eso los budas insisten una y otra vez: observa. Observa día y noche. Lentamente, empezarás a ver que eres consciencia y que la mente es tan solo un instrumento que tienes a tu disposición. Entonces puedes usarla cuando la necesites, y cuando no la necesites, puedes desconectarla, apagarla. Ahora mismo, no sabes cómo apagarla; siempre está en funcionamiento. Es como una radio que hay en tu habitación y que siempre está encendida, y no sabes como apagarla; de manera que tienes que dormir con la radio encendida, y no deja de gritar todo tipo de anuncios publicitarios y de tocar todo tipo de canciones que has oído mil veces. Pero no sabes cómo apagarla. Estás cansado todo el día, muchas veces quieres deshacerte del ruido de la radio, pero no puedes, porque no sabes cómo apagarla. Es como dormir con las luces encendidas porque no sabes cómo apagarlas.

¿Porqué la gente es tan aburrida?. La vida no es aburrida, recuerda. La vida es siempre un misterio tremendo, es siempre una sorpresa, es siempre nueva; está renovándose continuamente. Llegan hojas nuevas, se caen las hojas viejas; aparecen flores nuevas, desaparecen las flores viejas.  Pero no puedes ver la vida porque estás continuamente aburrido por tu propia mente. Te sigue diciendo cosas que ha dicho miles de veces. Pareces tan cansado por la sencilla razón de que no sabes cómo apagarla.

No hay que deshacerse de la mente, hay que ponerla en su lugar que le corresponde. Es un hermoso sirviente, pero un amo muy feo. Coge las riendas en tus manos, sé el amo; y lo primero, el primer paso, es distanciarse de la mente. Ve que no es tú, crea una distancia: cuanto mayor es la distancia, mayor es la capacidad de apagarla.

Y un milagro más con el que te toparás es que, cuando apagas la mente, la mente se vuelve más lozana y más inteligente.

Hay que poner a la mente en el lugar que le corresponde, y usarla solo cuando necesitas usarla. De la misma manera que usas las piernas cuando las necesitas; cuando no las necesitas, no usas las piernas.

Una consciencia meditativa llega a conocer la clave. Cuando quiere desconectar la mente, simplemente dice <<Ahora cállate>>, y ya está. La mente sencillamente se calla y prevalece un gran silencio por dentro. Y la mente también puede descansar en esos momentos; de otra forma, todo se cansa.

… todo se siente cansado… Y tu mente está hecha de tejidos celulares muy delicados, tan delicados que no hay nada más delicado en toda la existencia.

Es un fenómeno tan delicado, pero no sabemos cómo usarlo. Necesita descanso.

Ésa es la razón por la que una persona meditativa se vuelve más inteligente, se vuelve más cuerda. Añade la meditación a tu ser y la maldición desaparece, y la maldición misma se convierte en la bendición; es una bendición disfrazada de maldición.

De: «Inteligencia: La Respuesta Creativa al Ahora» de Osho

Los elementos más importantes que pueden motivar el perdón son:

  1. Superar el pasado;
  2. Liberarse de las emociones negativas;
  3. Solar los nudos sentimentales que impiden una nueva relación afectiva;
  4. Restablecer la confianza en la humanidad;
  5. Restaurar el equilibrio psicológico.

Son muchas las ventajas para quien lo realiza; ellas lo llevan a una nueva apertura del mundo. A comenzar de nuevo, porque la vida es como un gran río, todo corre, nosotros debemos aprender a vivir el presente. El perdón es una técnica para vivir aquí y ahora.

Perdonar como técnica para aprender a ser más seguros.

Las personas que no están en contacto con sí mismas, a menudo proyectan hacia los demás sus culpas, sus fracasos y sus responsabilidades; la persona «integra» es capaz de reconocer todos los procesos interiores de la mente y actuar en forma congruente. Tutelar la propia «unidad» y amarse a sí mismo es indispensable para manifestarse auténticamente al mundo; no es egoísmo, o exaltación del yo, sino simplemente ser conscientes de sí y de lo que se quiere del mundo.

Perdonarse a sí mismo, o a los otros, no es un acto de debilidad, es, más bien, una valiente asimilación de las propias responsabilidades, una demostración de la voluntad manifestando el deseo de seguir viviendo sin perjuicios de ninguna clase.

Sinceramente estoy convencido que es el amor el que mueve el mundo y no la violencia. Toda forma de violenciadestruye y sólo el amor crea vida, genera prosperidad y le permite al individuo y a la sociedad entera la posibilidad de acudir a aquella reserva que es fuerza indispensable para el progreso. El que perdona es, a menudo, más fuerte que su verdugo, porque tiende a superar lo sucedido liberándose de las vicisitudes que han influido negativamente en su vida.

De: «Perdonar: Guía para Practicarlo» de Raffaele Cavaliere

Existen dos clases o tipos de perdón: uno íntimo y profundo, que puede excluir completamente al otro del proceso de curación interior, o bien el acto del perdón realizado con la persona que ha provocado la incomprensión, el dolor, la humillación, el sufrimiento. Es claro que el perdón se extiende a toda una comunidad. Los judíos nos pueden perdonar a los cristianos por el holocausto; los católicos a protestantes en el norte de Irlanda; los musulmanes yugoslavos a los cristianos de esa misma nación.

Los vencidos a los vencedores que, por siglos y aún todavía, han explotado y explotan los recursos esclavizando las poblaciones autóctonas, destruyendo los ecosistemas, las culturas y los modos de vivir.